!Fuego!/Lic. Consuelo Esquivel

¡Fuego!

Por la Lic. Consuelo Esquivel.
BALACERA.- El sábado 3 de los corrientes, se realizó una persecución contra un grupo de jóvenes que viajaban en una camioneta Ford Explorer color negra, por elementos de la Secretaría de Protección y Vialidad de la Ciudad de Gómez Palacio, presuntamente porque habían hecho disparos a una camioneta de la Policía Preventiva.
LA PERSECUCION.- Se realizó de inmediato la persecución de quienes supuestamente habían disparado, iniciando ésta desde la parte baja del puente plateado, hasta el Parque Industrial Lagunero, activando el mentado Código Rojo, que pone a funcionar a todas las policías habidas y por haber.
SE COORDINARON.- Ya todos coordinados, continuaron detrás de los individuos “que habían disparado” mismos que se dirigieron a la Colonia El Consuelo. En ese lugar los elementos detuvieron a tres individuos, señalando que andaban armados, no especifican si estaban parados en una esquina o por qué los agarraron, pues la camioneta negra siguió su marcha con otros cinco individuos que huyeron. No dicen tampoco si la camioneta se paró para que se bajaran los tres detenidos. De aquí empezaron las mentiras.
SONARON LOS BALAZOS.- Fue en la Calzada Lázaro Cárdenas y Canal de la Perla y antes de la camioneta detuviera la marcha, sonaron los “cuetazos”, resultando dos de los muchachos del vehículo heridos, mismos que al ser detenidos, no portaban arma alguna.
INEXPERIENCIAS JUVENILES.- El resultado de todo este drama, fue primeramente que ninguno de los detenidos disparó arma alguna, pues la prueba del radizonato, así lo demuestra, pero lo peor y donde sí tienen responsabilidad quienes iniciaron esa loca persecución es la muerte cerebral de uno de los jóvenes, el que finalmente perdió la vida.
YA SALIERON.- Por supuesto que los perseguidos, fueron agredidos por la policía, por lo que, al no haber demanda, ni pruebas, fueron puestos en libertad. Entonces, aquí podemos ver que fue un abuso de autoridad, que a cualquiera de nosotros ciudadanos, nos puede pasar, por el simple hecho de parecer “sospechosos”, que le “siembren” una arma (que nadie disparó) y entonces, estamos expuestos a que toda la policía que dicen está bien coordinada, vaya tras nosotros y si no nos balacea, de perdido nos da una tunda de Señor y Dios mío, para al final ni siquiera decirnos: “Usted dispense”. ¡Qué horror! ¡Vivan los retenes anticonstitucionales!
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(Continuará mañana)