Los nombres de los gángsteres

Jorge A. Castillón Aguilar y Jesús de León Souza, autores
Intelectuales del asalto a la casa de nuestro Director

El Ing. Jorge A. Castillón Aguilar, propietario de la “constructora” Cronos Mexicana y su abogado, Jesús de León Souza, padre del actual diputado federal Jesús de León Tello, son los gángsteres que planearon el asalto a mano armada en la casa de nuestro director editorial Manuel Padilla Muñoz.
Para ello utilizaron, de acuerdo a las investigaciones realizadas, a dos mercenarios para que realizaran el “trabajo”. Estos individuos fueron los que se hicieron pasar por agentes de la Policía Ministerial y se presentaron en la cada de nuestro director, mostrando una credencial de la Policía Ministerial que ahora se sabe es apócrifa.
Con armas de fuego en la mano y con amenazas de muerte sometieron a nuestro director al tiempo que se apoderaron de un automóvil Chevy color verde, modelo 2,000 y luego asaltaron la casa de donde se llevaron diversos objetos. Fue un robo con violencia, de los que más castiga la ley pero, sobre todo, haciéndose pasar por agentes de la Policía Ministerial.
En uno de los reclamos de nuestro director, uno de ellos, el más alto y calvo, solicitó por celular una grúa pero luego dijo a su interlocutor --- a quien se dirigió como “el ingeniero”--- que cancelara la grúa.
Lo anterior brindó una pista que llevó las investigaciones a la Constructora Cronos donde la esposa de nuestro director trabajó durante tres años y en vista de que no le pagaban ni los salarios ni las prestaciones de ley así como los “incentivos” que prometían, demandó ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, donde se encuentra el caso a punto de perderlo dicha constructora.

ANTECEDENTES

Durante tres años, la esposa de nuestro director trabajó en esa “empresa constructora” en la venta de casas. Incluso, hubo una promoción de la venta de una casa con valor de un millón de pesos e incentivos de un auto último modelo para el comprador y una viaje todo pagado a Mazatlán para el vendedor.
Casi a fuerza, el sedicente ingeniero Jorge Castillón cumplió con el premio de auto pero n o así con el incentivo a la vendedora del viaje a Mazatlán. Paso el tiempo y como la empresa está en quiebra y, por tanto, para engañar a Hacienda, cambió de razón social, dejó de pagar a sus vendedores.
Fue por eso que la vendedora demandó en el mes de septiembre pasado a la empresa lo que legalmente le corresponde por salarios devengados y estímulos prometidos que nunca fueron pagados.
En las primeras audiencias del juicio laboral, la “empresa”, a través de su representante legal, licenciado Jesús de León Souza ---“prominente” panista y ex director de pensiones municipal, organismo que dejó quebrado--, ofrecían la “fabulosa cantidad” de 800 pesos (un viaje a Mazatlán como el que prometieron cuesta poco más de 10 mil pesos). Todo hace indicar que a base de este tipo de fraudes han amasado dinero los Castillón Aguilar.
El acuerdo fue que hasta que la empresa pagara a la empleada, esta quedaría como depositaría del automóvil de la empresa, el Chevy color verde modelo 2,000.
El pasado viernes, el abogado de la demandante recibió la oferta de parte de Jesús de León Souza de una indemnización de 25 mil pesos y la devolución del auto a la empresa. El acuerdo, entre ambas partes, es que la audiencia final se llevaría a cabo el viernes siguiente, es decir, hoy 9 de mayo en la Junta de Conciliación y Arbitraje.

EL GASNGTERISMO
El martes 6 del presente (hace tres días) llegaron a la casa de nuestro director editorial Manuel Padilla Muñoz, dos individuos que portaban una carpeta con algunos papales preguntando por el dueño de la camioneta Chevy que estaba estacionada en las afueras del domicilio. Se les hizo saber la situación y fue cuando sacaron sus armas, amenazando a nuestro director, diciéndole que había una denuncia de robo de ese vehículo que estaban investigando y que ellos eran de la Policía Ministerial. El más alto mostró una credencia –ahora sabemos que es apócrifa—de la Policía y como vieron resistencia de parte de nuestro compañero, con sus armas de fuego en la mano y profiriendo amenazas de muerte, como auténticos gángsteres.
Luego, amenazando siempre con sus armas de fuego, penetraron a la vivienda de donde se llevaron un televisor que estaba a la mano, un reproductor de DVD y una computadora Lap Top con la que también trabaja nuestro compañero. Bajo amenazas nos hicieron que les entregáramos las llaves de la Chevy y huyeron junto a otro vehículo gris, de reciente modelo, el que dejaron fuera del alcance de nuestra vista.
De inmediato, acompañaos de nuestro compañero Juan Manuel Limones, reportero de Vespertino, fuimos a la Policía Ministerial donde el comandante, Eduardo López Martínez, inició investigaciones entre su personal pero nadie de ellos había intervenido. Se investigó en el llamado Grupo Especial y el resultado fue igual. Eduardo López Martínez nos mostró fotografías de los agentes de la corporación y no identificamos a ninguno de los dos falsos agentes.
Estuvimos, horas después, con el licenciado Carlos Centeno, delegado de la Procuraduría de Justicia Laguna I, quien realizó investigaciones y no hay denuncia alguna contra la demandante asegurando que nadie de esa dependencia intervino en el asalto a mano armada.
Ayer jueves, llamamos por teléfono a la Constructora Cronos preguntando por la persona que los demandó. La secretaria, de nombre Moyra ---por fortuna chismosa que es---, lo primero que dijo fue: “¿Ya sabes que a la señora le quitaron la camioneta?
Poco después localizamos en la Junta de Conciliación al licenciado Jesús de León Souza a quien le inquirimos sobre la audiencia final y la indemnización prometida (25 mil pesos que fue el último acuerdo) y, no nos sorprendió que ahora se haya retractado y ofrecen solamente 5 mil pesos. Son hombres que no tienen palabra de honor. Saben que tienen la camioneta en su poder y que para ello violaron la ley, se convirtieron en presuntos delincuentes, tratan de aprovechar la situación para pagar en forma injusta, mediante el terror. Así se entiende porque estos Castillón Aguilar han quebrado todas las empresas que inician y viven de la explotación de sus empleados usando hasta la delincuencia organizada para no pagar.
Las investigaciones anteriores, junto con las de la Policía Ministerial, nos llevaron a fijar quienes fueron los autores intelectuales de estos delitos: el ingeniero Jorge Castillón Aguilar y su abogado Jesús de León Souza, quienes seguramente contrataron a un grupo de delincuentes para hacer “el trabajo sucio”. Todos ellos llevaron a la perfección el siniestro plan, siempre en ventaja, con amenazas de muerte, con armas de fuego en la mano ante gente indefensa que es sorprendida por el elemento sorpresa y la mentira de los delincuentes que solamente en lo que, se demuestra, son verdaderos profesionales.
Seguros estamos que en igualdad de circunstancias, con armas de fuego en la mano ambas partes, igual número de cada lado, el resultado hubiera sido otro.
Con los datos de las investigaciones anteriores, tenemos los elementos suficientes para presentar denuncia formal en contra de estos delincuentes. Solo falta saber los nombres de los delincuentes que contrataron y se hicieron pasara por agentes Ministeriales. Porque si lo hicieron, es porque lo han hecho y lo seguirán haciendo.
La autoridad judicial tiene la obligación ineludible ---si es que en Coahuila, como lo asegura el gobernador Humberto Moreira--- hay un estado de derecho, debe detener a estos delincuentes antes que causen más daño a la sociedad lagunera.
Desgraciadamente, nos dicen gentes que conocen a los Castillón Aguilar, son gente rica, prepotente, que considera que con su dinero son dueños de las vidas ajenas y se sienten con influencias pues aseguran que tienen la protección del Procurador de Justicia del Estado, Jesús Torres Charlas y hasta del gobernador Humberto Moreira al que aseguran conocer muy bien.
Veremos si triunfa la justicia y no la impunidad.